Tras una copa de vino un sabor desconocido aparece,
Bebo aquel brebaje pero estoy exhausta.
La tranquilidad que busco es mi inagotable soledad,
Y entre sorbos me pregunto con altiva tristeza:
¿Qué es la soledad tras una boca tenue y soñadora?
Busco dentro de mi atma los rencores del recuerdo
Y caigo en la cuenta que el mundo es un caos,
Gente hipócrita y con temidas miradas
Se moldean en los reflejos de la copa que bebo.
Lo único que tengo es la incesable soledad
Y me gusta de vez en cuando sentirme sola.
Los sinsabores que recuerdo se convierten en el tapiz de la censura,
Y me alejo, y no importa la borrachera,
Y no me importa digo, porque la resaca es un sólo suspiro,
Y bebo copa tras copa y mi pesar se acentúa…
Mi ánimo se pierde como bestia descarriada,
Y misteriosamente las raíces de mi alma aparecen en flor
Me levanto y los matices de mi boca se disipan,
Se cruza en mi mente sólo una frase:
“Me siento bien bebiendo sola”.
miércoles, 26 de diciembre de 2007
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